Escultura gótica pisana. El arte gótico se originó en el norte de Francia hacia mediados del siglo XII y pronto se extendió por toda Europa convirtiéndose en el movimiento artístico predominante hasta aproximadamente el siglo XV.
Hacia el siglo XV dejó paso a un nuevo lenguaje artístico que tuvo su epicentro en Italia pero que pronto se extendió por todo el continente: el Renacimiento.
El estilo gótico fue una corriente artística de gran difusión e interesó a todos los sectores de la producción artística y, en particular, a la arquitectura.
Aquí nos centraremos en la escultura y pintura gótica, la arquitectura gótica en nuestro territorio ya la hemos abordado en el artículo: El Gótico en Pisa: La Piazza dei Miracoli
Los temas del arte gótico
En la escultura se produjo una recuperación de la plasticidad y el sentido del volumen de las figuras humanas, de modo que tenemos las primeras estatuas envolventes que casi parecen salir de la piedra.
El tema predominante seguía siendo el religioso, pero con mayor realismo y una búsqueda de retorno a los modelos clásico-romanos.
En cuanto a la pintura gótica, en Italia es fundamental, en la segunda mitad del siglo XIII, la obra de Giotto.
A partir de ese momento se produjo un rápido y vertiginoso desarrollo de la pintura gótica que se caracterizó por diferentes elementos: la estilización de las figuras, la abundancia de elementos decorativos, el tamaño de los personajes en relación con su propia importancia, la búsqueda de profundidad.
Los temas principales seguían siendo los sagrados, pero también se presta una nueva atención a los paisajes y las naturalezas muertas.
Escultura gótica pisana: Piazza dei Miracoli – El púlpito de Giovanni Pisano
La escultura gótica pisana está muy presente, tanto en edificios religiosos como seculares, ya que se desarrolla durante los años dorados de la ciudad de Pisa como República Marítima.
Comenzamos nuestro recorrido desde la plaza más famosa de la ciudad, la Piazza del Duomo, desde donde parten todos nuestros tours , y dentro del edificio principal, es decir, la Catedral de Santa Maria Assunta.
En el interior del Duomo tenemos uno de los ejemplos más representativos del estilo gótico en escultura, el Púlpito de Giovanni Pisano, hijo de Nicola Pisano (en el que comenzó y aprendió a trabajar junto a Arnolfo di Cambio), y en el que trabajó allí desde 1302 hasta 1310.
La obra se salvó del incendio de 1595 que destruyó la mayor parte de las obras de madera del interior de la Iglesia, y en aquella ocasión fue desmontada para ser montada de nuevo y trasladada a la posición actual sólo en mayo de 1926 en presencia de Benito Mussolini y del arzobispo Pietro Maffi.
Observamos que el púlpito no sólo tiene una planta circular, sino que Giovanni consigue imprimir un motivo circular a todo el conjunto.
De hecho, incluso los plutei son redondeados, no hay aristas entre una escena y otra, lo que hace que la lectura sea más fluida.
Sobre la base redonda de 1926 hay once columnas, cinco simples y las otras formadas por estatuas que representan diversos símbolos de la religión, desde las Virtudes Teologales y Cardinales hasta la figura de Jesús.
Los nueve plutei representan en cambio escenas de la Vida de Cristo, desde la Anunciación hasta el Juicio Final, la única escena dividida en dos paneles con la figura de Cristo en el centro.
Si se detiene a observar detenidamente las baldosas y los personajes, notará cómo un gran calor de gestos y emociones animan y agitan el complejo y agitado escenario.
Estos gestos dan vida a una obra maestra de la escultura pisana y gótica europea en la que fe y belleza, dictado bíblico y conmovedora restitución de las pasiones humanas encuentran una síntesis completa en la fuerza expresiva disruptiva y magistral de Giovanni Pisano.
Escultura gótica pisana: Museo de la Ópera del Duomo
Para profundizar en la escultura gótica y, por tanto, en la obra de Giovanni Pisano, le recomendamos que visite el Museo dell’Opera del Duomo.
Reabierto en otoño de 2019 tras 5 años de renovación y reurbanización de los espacios, conserva y recoge obras de los monumentos de la Plaza, a menudo sustituidas por copias para salvaguardar los originales.
Dentro del Museo hay dos salas enteras dedicadas al escultor en las que nos encontramos:
- las llamadas graduaciones, es decir, una serie de encastres rectangulares de mármol en los que están tallados animales, cabezas humanas y otros motivos ornamentales, y que cubrían el perímetro de la Catedral como decoración de la pesada base escalonada;
- la Madonna del Colloquio procedente del portal occidental del transepto sur del Duomo que presenta un corte de media figura poco frecuente en la escultura medieval y que es particular por el transporte emocional de la mirada entre las figuras y su pose;
- la Virgen con el Niño entre San Juan Evangelista y San Juan Bautista y donante, el grupo procedente del luneto del portal central del Baptisterio, fue esculpido hacia 1300;
- y la Virgen de Enrique VII, realizada en 1313 con motivo de la visita de Enrique VII de Luxemburgo a Pisa, se colocó en el luneto exterior de la Puerta de San Ranieri.
De la obra, muy dañada, sólo se conservan dos estatuas de tres, en posición central está la Virgen con el Niño en posición sedente, a su izquierda está la alegoría de Pisa, representada como una mujer coronada que amamanta a dos niños.
