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Mahoma en el infierno de Buonamico Buffalmacco

Mahoma en el infierno, de Buonamico Buffalmacco. En los artículos anteriores habíamos visto el clima histórico que condujo a la creación de los frescos realizados por Buonamico Buffalmacco en el interior del Camposanto (Maomietto en el infierno: Pisa en el siglo XIV) y además habíamos analizado en detalle este último (Maomietto en el infierno: el Camposanto).

Y ahora viene lo mejor: hablaremos del espectacular fresco del Infierno y descubriremos por qué Mahoma fue representado allí.

El infierno de Buonamico Buffalmacco

Llegamos al punto más crudo de todo nuestro viaje: el terrorífico y bestial Infierno poblado por demonios peludos y presidido por un Satán gigante que come y evacua a la gente.

Aquí es donde la imaginación y la precisión del pincel de Buffalmacco se desbocan y estallan en una orgía de carne y hueso para atormentar a los pecadores y asustar a los feligreses.

Buffalmacco, que había pasado años ilustrando el magnífico ejemplar de Chantilly por voluntad de Luciano Spinola, conocía muy bien el Infierno de Dante en todos los sentidos: en el cruel contrapaso de los condenados y en la politización y secularización del Infierno.

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El infierno de Buonamico Buffalmacco

Mahoma en el infierno

En la parte superior derecha, Buffalmacco sitúa a los sembradores de discordia.

Aquí es donde vemos a Mahoma: es claramente identificable, ya que lleva turbante y barba oriental, y sobre él vemos escrito [M]ACOMETTO.

Pero no es la figura central de la bolgia.

La escena está presidida por un grito de dolor torturado por dos demonios, que le desgarraron los brazos.

A su derecha hay una inscripción: NICCOL[O].

Es Niccolò V.

A su derecha encontramos dos figuras: una en el suelo, coronada, a la que un demonio está desollando, y otra de pie, destripada.

El primero tiene una cartela que le llama Anticristo, el segundo también está coronado y podría ser Ludovico o uno de sus acólitos.

A la izquierda de Niccolò, un demonio lleva un cuerpo hacia las fauces abiertas de una serpiente gigante: sobre él se lee SCOUNICHATO, en clara alusión a Ludovico.

El significado de Mahoma

El significado de Mahoma

Entonces, ¿cuál es el vínculo entre Mahoma y Nicolás?

La respuesta dependerá de la interpretación que elijamos.

Si queremos ceñirnos a la visión de Dante, Mahoma no es un infiel, sino un cristiano renegado.

En aquella época se contaban historias sobre un joven Mahoma que visitaba monasterios arios en Siria y allí había decidido fundar una herejía.

Es un personaje importante para Dante, y tiene muchas cosas en común con la Comedia.

Según una polémica teoría de un jesuita español, Dante, a través de Brunetto Latini, habría conocido el mi’rãj, relato en el que se narra el periplo de Mahoma en el camino de su vida por el infierno y el Cielo.

Que esta teoría sea cierta o no no cambia el hecho de que Dante conocía, gracias a un franciscano florentino, una historia que narra cómo Alá colmó a Mahoma de conocimiento divino y purificó su corazón: el al-sharh, durante el cual Alá abrió el pecho de Mahoma e introdujo la luz.

El Mahoma de Dante tiene los intestinos en la mano porque le rompieron la barbilla al final donde cae, en una especie de cruel represalia.

Mahoma se había separado de la Iglesia: no estaba en el círculo de los infieles, sino acompañado por otros cristianos.

La Mahoma del Camposanto, rodeada de desmembrados y destripados, se encuentra también en la novena Bolgia.

O podemos elegir otra vía interpretativa.

Si nos fijamos, encima de Niccolò, hay escrito un mensaje que dice ‘ESTE QUIERE A CETRO MACOMET[T]O’: es decir, quiere al otro Mahoma.

El otro Muhammad famoso de la época era Abū l-Walīd Muḥammad ibn Rushd, Averroes, que ya aparecía en el famosísimo Triunfo de Santo Tomás de la iglesia de Santa Catalina.

Primer cuadro del santo tras su canonización: es un Averroes triste y derrotado, con un libro al revés entre sus almohadas.

También es probable que Buffalmach hubiera pintado a Mahoma porque el pueblo no conocía al filósofo andalusí.

Niccolò y Averroè están vinculados por Ludovico, que había llegado al poder sin permiso siguiendo a Marsilio de Padua y Giovanni di Jandun.

Se trataba de dos conocidos averroístas que eran poco menos que el Anticristo para Juan XXII, que había canonizado a Santo Tomás y tenía no pocas controversias y disputas con los filósofos franciscanos de París, como Guillermo de Occam.

Maometto

Conclusiones

Podemos decir entonces que Buffalmacco no puso a Mahoma en el Infierno para provocar a los musulmanes, sino para seguir la narración de Dante o las órdenes de Saltarelli.

Y ninguno de ellos intentó desatar una guerra santa, sino que sólo querían utilizar a Mahoma para sus causas personales.

Esta estrategia dio sus frutos.

Poco después, el papa Clemente VI, discípulo de Juan XXII, oficializó el Estudio Pisano con la bula In Supremae Dignitatis.

En realidad, la Universidad llevaba funcionando más de siglo y medio.

Pisa, con sus riquezas y sus mercaderes, había atraído desde los albores de las órdenes mendicantes a un ejército de franciscanos y dominicos que hicieron de la ciudad uno de los centros culturales más importantes de Europa.

Concluyamos con un detalle curioso: la Sapienza, donde se encuentra la sede de la moderna Universidad, fundada por el Gran Duque Cosimo, se levanta sobre la antigua Piazza del Grano, construida por Fazio Novello.